En los hogares modernos de la última década, la bañera se ha ido viendo sustituida poco a poco por las duchas hasta el punto de que resulta extraño encontrarse con un piso de nueva construcción en el que no haya una ducha. Estas duchas requieren la instalación de mamparas principalmente por dos motivos: primero, a nadie le gusta ducharse sin tener esa intimidad que transmite una mampara, y segundo, a nadie le gusta tener que andar fregando el suelo del baño después de cada ducha debido a que todo el agua inunda la estancia por culpa de la ausencia de la mampara.

¿Y qué tipos de mamparas existen hoy en día? El mundo de la decoración ha avanzado a una velocidad de vértigo, por lo que actualmente es posible encontrar una amplia variedad de mamparas dependiendo del tipo de baño que se desee decorar. Las mamparas más tradicionales son aquellas que se deslizan a modo de puerta en la ducha (es decir, mamparas correderas), y normalmente están instaladas sobre una plataforma que corresponde a la ducha. En las viviendas más modernas, especialmente en las casas grandes, se ha puesto de moda un tipo de mampara bastante especial y diferente al ejemplo anterior: las mamparas integradas con el suelo del baño.

Básicamente se trata de unas mamparas que se deslizan directamente sobre el suelo del baño, de manera que la ducha también está instalada sobre el propio suelo. Es decir, la persona que entra en la ducha sigue pisando el mismo suelo que el que pisa al entrar en el baño. Se trata de un tipo de ducha muy moderno y original que transmite una mayor sensación de espacio al no existir ninguna diferencia física entre la ducha y el resto del baño. Mientras tanto, la mampara se encarga de evitar que el agua pueda inundar la zona exterior a la ducha.

Imagen de Crocket Bath

por Woo Hogar