Por ejemplo, hay ocasiones en las que se funden los focos por razones netamente de voltaje, es decir, en casa se tiene un voltaje superior al que puede resistir el foco. De ser así, lo primero que debes hacer es saber cuál es el voltaje con el que cuentas y basado en eso comprar los focos.
Otra razón son los desperfectos en la instalación eléctrica de tu casa, tales son los conocidos como “falsos” en los fusibles o también algo que ha dejado mal instalado la compañía eléctrica.
En caso de tener un alto voltaje, que será determinado sólo y únicamente por un electricista, debes informarlo a la compañía generadora de la electricidad. Si el voltaje está bien pon cuidado a la calidad de los focos que estás adquiriendo.
Además revisa la instalación eléctrica, puede que haya cables que ya estén dañados por lo que debes pedir la revisión de un electricista.
Lo que sucede al momento de que se quema un foco es que, como el interior de estos está vacío, el filamento –un hilo en espiral que genera luz mediante la acción de la temperatura- que produce la luz al calentarse no se quema porque hay oxigeno, pero cuando se calienta en exceso las moléculas vibran de forma excesiva y provocan que algunas sean expulsadas y eso desgasta el filamento.
Cuando se produce ese desgaste hay pérdida de moléculas al filamento y debilita y ante un leve movimiento estalla y se quema. Sin duda alguna, hay que tomar en cuenta todos los factores posibles.