El Feng Shui es un arte milenario a caballo entre la sabiduría popular, la geomancia y la ciencia. So objetivo principal es devolver el equilibrio natural a nuestro espacio.
El origen del feng shui es original de China, ellos descubren que la energía chi está en todos los seres vivos pero también en todos los lugares que construimos, por tanto eso tiene un efecto en las personas. En el momento que realizamos feng shui en nuestra casa no solo colaboramos en nuestro bienestar sino que también ayudas al bienestar del planeta.
Sanar nuestra casa es muy importante para la filosofía del Feng Shui, de ello depende nuestro bienestar. Si la energía del Feng shui fluye de manera positiva en los habitantes de la casa esto se refleja en su energía y su buena predisposición y humor.
Dentro del feng Shui, hay varios objetos que sirven como amuleto protector, uno de ellos es el abanico. A continuación detallamos como usarlo de manera correcto basándonos en las enseñanzas del Feng Shui.
Los abanicos fabricados de papel, cera sándalo ataren energías especificas dependiendo de cómo están abiertos. Los abanicos con aves representan buenas noticias según el feng shui. Lo podemos colocar en la entrada de la casa o en la sala, el ángulo de 90 grados hace que la energía entre en positivo. Puede colocarse a cada lado de la cama de la habitación, en forma paralela y abierto en un ángulo de 90 grados.
Dentro del feng shui se utilizan los abanicos, para hacer rituales y curas trascendentales. Los abanicos de madera de sándalo son magníficos protectores y permite desviar arreglar los desequilibrios en nuestra aura y nuestro campo magnético.
Utilizar abanicos para decorar nuestra oficina y los espacios de trabajo nos ayudan a conectar con la energía y atrae lo bueno. Cada mañana antes de salir de casa podemos hacer este sencillo ritual del abanico que consiste en quemar incienso primero, colocar el abanico sobre el humo, lo pasamos 9 veces alrededor de nuestro campo áurico y el nos limpia de cualquier energía. Al regresar a casa se aconseja también hacerlo para desprendernos de toda la negatividad del día. Este ritual nos ayuda a limpiar y proteger nuestro campo magnético. Cuando no usemos el abanico es aconsejable cerrarlo otra vez dentro de una bolsita de seda roja.