Con moderada frecuencia en nuestro hogar es necesario hacer reparaciones sobre madera, muebles, colgar un cuadro, unir piezas, y por qué no, armar construcciones propias. Todas estas tareas pueden parecer simples, y en la mayoría es probable que utilicemos una herramienta igual de simple, con un mango de madera y una cabeza de metal: el martillo; ojalá se pudiera decir que martillar consta de la misma facilidad.

Dicho esto, cuántas veces nos habrán encomendado la tarea de asegurar clavos sobre una superficie y al acabar la tarea, terminamos con dolores de mano, codo, hombro y en todo el brazo e incluso un par de dedos hinchados y adoloridos producto del golpe del martillo. Esto es el resultado de no emplear una técnica adecuada para martillar, porque va más allá de machacar a golpes la cabeza del clavo.

¿Cansado de esto? En este artículo te daremos una serie de recomendaciones para martillar con seguridad y consejos sobre el correcto empleo del martillo, así podrás realizar tus trabajos de carpintería con buenos resultados tanto para la obra como para tu salud.

Cómo emplear el martillo

En este artículo se tratará el típico martillo garra de aproximadamente 16 onzas (300 a 500 gramos) empleado para trabajos de carpintería en general, este martillo se caracteriza por tener un extremo de la cabeza con forma de V, utilizado para arrancar clavos.

Agarre del martillo

  • Sujeta el martillo con fuerza, empleando todos los dedos y cerrando el área del mango, esto evitará desvíos o posibles deslices.
  • Varía la posición del agarre dependiendo de si necesitas fuerza para golpear, o control para toques suaves.

o   Si comienzas a fijar el clavo, sujeta este con tus dedos índice y pulgar de tu mano no dominante cerca de la cabeza del clavo (nunca en la punta o cerca de la superficie donde trabajas) y el martillo deberás sujetarlo por aproximadamente la mitad del mango, da unos ligeros golpes hasta que el clavo se mantenga por sí solo.

o   Para terminar de clavar, sostén el martillo por el extremo del mango y golpea directamente la cabeza clavo sin necesidad de sujetarlo.

Martillando

  • Si necesitas fuerza, realiza el golpe empleando el codo, debido a la inercia del balanceo, obtendrás más poder.
  • Si necesitas más control en el golpe, emplea la muñeca, esto te permitirá dirigir de mejor forma el martillo.
  • Alterna estas formas para martillar, de esta manera evitarás el cansancio y posterior dolor al usar una sola articulación y además tendrás un trabajo más efectivo.
  • El peso del martillo se concentra en la cabeza y gracias a la inercia del movimiento junto con la fuerza de tu brazo, aumentarás la potencia.
  • No emplees los laterales de la cabeza del martillo para golpear el clavo, no es adecuado y puede hacer que el clavo se doble.
  • Jamás utilices martillos cuya cabeza esté floja o el mango esté resquebrajado o deteriorado, por medidas de seguridad.
  • Según la obra que estés haciendo, selecciona el martillo adecuado para esta.

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por Woo Hogar