Los martillos son una de las herramientas con más amplia utilidad para casi cualquier ocasión: reparaciones, albañilería, demolición y demás tareas que pueda designar nuestra imaginación. Lo cierto es que existen más tipos de martillos además del muy reconocido conformado por un mango de madera y una cabeza de metal macizo, empleado para fijar clavos y sacarlos también.

En el mercado se han diseñado diversos tipos de martillos, cumpliendo cada uno una función diferente, por lo tanto, debemos seguir las indicaciones para la cual se ha fabricado, ya que no todos son para clavar clavos. En este artículo te enseñaremos cuáles son los tipos de martillos más comunes que puedes conseguir.

Tipos de martillos

El correcto uso del martillo comienza seleccionando el requerido para cada trabajo. El hecho de utilizar un martillo que no es adecuado da como resultado un acabado pobre, cansancio y en el peor de los casos, heridas. A continuación, te presentaremos los distintos tipos y cuál deberías usar en cada situación:

  • Martillo de garra de 16 onzas (unos 400 a 500gr): Lo más probable es que cuando escuches la palabra martillo, uno de este tipo se te venga a la cabeza. Generalmente tiene un mango de madera mediano con una cabeza de metal que consta de dos extremos: uno achatado empleado para clavar clavos (dar golpes) y otro destinado a desclavar, cuya punta tiene forma de V.
  • Martillo rasgador de 16 onzas: Es similar al martillo de garra, sin embargo, tiene su extremo con forma de V más aplanado, lo que lo hace ideal para pequeños trabajos de demolición, separar trozos de madera que han sido unidos con clavos o estén pegados, es decir, desgarrar construcciones. Sin embargo, mantiene su utilidad para retirar clavos.
  • Mazo de caucho o goma: Estos se emplean cuando es necesario una fuerza de golpe más suave, como en la tapicería o en superficies con acabado de metal.
  • Martillo de cabeza blanda: Es preferible su uso al ensamblar muebles o en trabajos decorativos en los que se implica madera. Gracias a sus ambas caras blandas, se puede clavar sin dañar la superficie de madera. Usualmente estas caras están fabricadas de plástico o caucho.
  • Martillo con cabeza redonda o bola: Estos comprenden una cabeza con dos extremos, una plana tradicional, y una con forma de bola, utilizada para centrar la fuerza. Son utilizados en tareas donde sea necesario trabajar con metales blandos, como, por ejemplo, moldearlos.
  • Martillo de albañil (Mason’s Hammer): Este tipo de martillos son diseñados con una punta fina y afilada, ideal para cortar y dar forma a ladrillos.
  • Martillo para paredes de yeso: Este martillo posee un extremo afilado con forma de hacha que permite cortar fácilmente tablas de yeso para la construcción.
  • Almádena o mazo (martillo de demolición): Este es ideal para trabajos de demolición de grandes paredes de yeso, concreto, fabricaciones de porcelana, entre otros: Tiene un largo mango y se utiliza con ambas manos, su cabeza es de metal y normalmente su peso es de unas 10 libras (4 kg).

Estos son algunos de los tipos de martillos más comunes en trabajos de carpintería y construcción. Ahora que conoces cada uno de ellos y su destino laboral más adecuado, te evitarás trabajos de mala calidad y dolores musculares.

Foto de http://www.ferreteriasindustriales.es/

por Woo Hogar