El interiorismo es una disciplina cada vez más exigente, pues se encuentra en un mundo que avanza continuamente con nuevas tendencias y nuevos estilos, y tiene que adaptarse a estos.
Los estilos, o algunos de ellos, más populares a la hora de decorar el interior de una casa pueden ser:
El estilo tradicional, en el que predomina lo recargado, lo antiguo y los grandes contrastes.
El estilo moderno, que propone un toque juvenil en toda la casa, con colores llamativos y vivos.
El estilo rústico, más utilizado en casa de campo y segundas viviendas (ya que muchas de ellas se encuentran en zonas rurales), que en muchos casos comparte semejanzas con el estilo tradicional. Muebles de madera maciza y sólida suelen dar ese toque rústico. También paredes de ladrillo decorativo, y objetos de decoración típicos de zonas rurales.
El estilo zen, que busca la relajación, la tranquilidad y la reflexión, la paz y la armonía y que se caracteriza por el uso de tonos suaves, sin contrastes, y sencillez y minimalismo en decoración.
El estilo vanguardista, que hace referencia a lo más nuevo, lo último, lo novedoso, con toques de contraste que pueden hacer que una pared sea pintada en morado, sin resultar extraño. Muebles de metal y material PVC, y elementos asimétricos son típicos de este estilo. Un estilo que debe saber utilizarse.
El estilo colonial, típico de antiguas colonias o simplemente de zonas como Andalucía, donde destacan los colores de las fachadas de los edificios, azules amarillos o simplemente un intenso blanco, por citar un ejemplo las casa blancas radiantes de zonas de Málaga.
El estilo minimalista, que se basa lógicamente en decorar y amueblar mínimamente cada estancia de la casa. Este minimalismo lo adoptan también otros estilos, el zen por ejemplo.
Existen otros muchos estilos, que junto con estos, se adaptan a las necesidades de cada uno.