Si estás pensando en realizar un cambio en su jardín, que a su vez le dé un efecto estético y decorativo, además que no necesite de un mantenimiento excesivo, entones el césped artificial puede ser la opción ideal para ti.
Normalmente, la mayoría de las personas opta por el césped natural. Sin embargo, el cuidado y mantenimiento de un césped natural exige una serie de requisitos que cuando no son costosos, demandan mucho tiempo para su mantenimiento.
El uso de fertilizantes, de abonos, de constante irrigación, el arreglo de calvas entre otras cosa, demandan mucho tiempo y esfuerzo que en muchos casos no estamos en capacidad de permitirnos.
A diferencia del césped natural, un césped artificial no demanda tanto esfuerzo, para tiempo ni inversión su mantenimiento. Siempre, lucirá verde y no atraerá las molestas plagas ni hongos, que sí atrae el césped natural; además de no tener que fumigar, obligándolo a dejar su residencia por muchas horas.
Sin embargo, aunque el césped artificial demanda mantenimientos mínimos, debes encargarte de tareas como el lavado y peinado constante de sus hebras. Se recomienda también desinfección periódica en vista de posible alojamiento de agentes microbianos en el mismo.
El procedimiento para la instalación de un césped artificial comienza por la erradicación de la maleza existente junto con las raíces alojadas en el terreno. Posteriormente se pasará a vaciar arena y gravas en toda la zona trabajada, procurando la buena nivelación del suelo.
Así, finalmente, se procederá a la colocación del césped artificial atendiendo a que quede nivelado y luego, regarlo lo suficiente para que se asiente para pasar al peinado de las hebras de gramilla, dándole una apariencia acolchada.
Una vez instalado, puedes estar seguro de que el césped artificial tendrá la apariencia y calidad que deseas para tus espacios al aire libre, con la mitad del esfuerzo y todos los beneficios.