Esta información es muy importante para todas las mamás, no importa la actividad que lleves a cabo a lo largo del día, es fundamental que las preocupaciones no se adueñen de tus pensamientos.
No importa si eres madre que se dedica al hogar o mamá trabajadora, sabes que hay tareas en casa que parecen interminables: la lavandería, la compra, las comidas, los pagos de servicios y más, tareas que cuando apenas terminas parece que no hacen sino volver a empezar y que pueden llevar a cualquiera al borde de la locura. Aun así, parece que las madres que salen a trabajar logran enfrentar esto con mejor humor que las que se quedan en casa.
Una encuesta realizada por a 60,000 mamás, arrojó que el 41% de las madres que se quedan en casa manifestaron estar preocupadas, el 26% se sentía triste, el 50% estresadas, un 19% manifestaron sentirse enojadas y 28% de ellas fueron diagnosticadas con depresión.
En términos generales, la percepción de los aspectos negativos de la maternidad fue menor en las madres trabajadoras.
Estos resultados no tomaron por sorpresa a la terapista Robi Ludwig; quién comenta que se han hecho más estudios sobre el tema que arrojan que las madres más “felices” son aquellas que están con sus hijos pero pueden trabajar al menos medio tiempo.
Ludwig sostiene que esto se debe a que las madres que están en casa de tiempo completo terminan por sentirse aisladas y perciben no tienen ningún logro significativo a lo largo del día.
El aislamiento mata, declara Ludwig, “Como seres humanos no estamos diseñados para estar solos, mientras más solos estamos más nos concentramos en las cosas que parecen no ir bien en nuestra vida, esto contribuye a que las personas tiendan a tener una actitud negativa y de auto agresión mental. Algunas madres que se quedan en casa, se sienten como en tierra de nadie, es difícil sentirse realizadas, les es difícil definirse a ellas mismas ya que se encuentran abrumadas por el “tener que hacer” que implican las labores domésticas que parecen interminables; siempre hay algo que debe hacerse y terminan sintiéndose en una condición de servidumbre.”
Las madres se quedan en casa por una infinidad de razones que van desde los altos costos del cuidado infantil fuera de casa, hasta el querer pasar el mayor tiempo posible con sus pequeños e incluso por razones médicas; algunas de estas razones se vuelven verdaderos obstáculos para trabajar fuera de casa.
Sin embargo la terapeuta afirma que no todo está perdido, que aún una mamá que se queda en casa por la razón que sea, puede encontrar formas de sentirse realizada y lograr un crecimiento personal. Ludwig sostiene que el mayor reto para las mamás que se quedan en casa, es sentir que siguen creciendo y desarrollándose, que para lograrlo deben encontrar un “propósito” o un “objetivo” para que su vida no se reduzca al universo de camas destendidas, cosas que limpiar, demandas que atender y tres comidas para guisar.
Ir de compras o a almorzar con amigas son actividades reconfortantes, pero hay muchas más formas para que una mamá que no trabaja se relacione con el mundo y sus iguales, los clubes le lectura, las clases de manualidades o participar en actividades comunitarias de la escuela de sus hijos o cualquier otra causa social son excelentes opciones.