La domótica ha empezado a pegar con fuerza a inicios de este siglo XXI, convirtiéndose en uno de los retos más ambiciosos del milenio. Hoy queremos analizar sus ventajas y desventajas, para ayudar a los indecisos si adentrarse en el mundo de las casas inteligentes o esperar otra ocasión mejor.
Ventajas:
Ahorro de energía: El hecho de que la propia vivienda gestione toda la casa en función de aspectos externos tales como controlar climatización, las persianas, toldos … en función de la temperatura externa, el sol y la estación del año , permite obtener un ahorro energético elevado, ya que el sistema optará por la mejor opción en cada caso ahorrando energía.
Comodidad: Es evidente que la comodidad en una casa domótica aumenta considerablemente en una gran cantidad de actividades tales como el riego automático del jardín, poder controlar aspectos de la casa desde una pantalla, controlar la casa para pedidos de voz .. .
Seguridad: Sensores como de presencia, de humo, de inundación, de apertura de puertas, de rotura de cristal… son algunos de los sensores que puede haber en un sistema domótico. Esto aporta una gran seguridad, más que los sistemas de alarma convencionales, porque no soporta tal cantidad de sensores. Además una casa domótica se puede personalizar mucho, de modo que por ejemplo si se activa la alarma de casa, a la vez que el sistema llama a la policía, nos llega un mensaje al teléfono móvil o un correo electrónico con información sobre qué sensor en hecho saltar la alarma, la hora y fecha…
Control de la vivienda: Una casa domótica puede ser controlada de muchas formas, como desde un mando a distancia, con la voz, desde una pantalla, o incluso desde internet o desde un móvil inteligente son cada día más habituales. Las dos últimas opciones son muy interesantes porque permiten multitud de acciones de forma remota. Por ejemplo antes de salir del trabajo, desde el móvil podemos activar el aire acondicionado y así cuando llegamos a casa ya estará a la temperatura deseada.
Información: La cantidad de sensores nos informan sobre muchos aspectos, como por ejemplo de la temperatura, la luz exterior, el viento, sobre el estado de sensores de inundación, de humo…
Inconvenientes:
Precio: El precio que puede suponer convertir una casa convencional en una de domótica puede llegar a ser realmente alto, siempre dependiendo de las dimensiones de la vivienda, de la cantidad de funciones que el sistema sea capaz de llevar a cabo. Puede consultar el precio de algunas opciones en el punto:
Vida sedentaria: Si se abusan de las instalaciones puede resultar una vida sedentaria donde el individuo cada vez se limita a hacer menos actividades, estimulando posibles enfermedades.
Posible entorpecimiento del usuario: Dependiendo del grado de automatismos de lo que disponga la vivienda puede provocar que a lo largo del tiempo las personas puedan empezar a saber cómo hacer ciertas actividades como cocinar, limpiar, etc.
Averías: La domótica es una tecnología que es todavía bastante nueva y aún no se ha extendido demasiado, esto supone que aún puedan tener fuerza averías. También hay que tener presente que si se estropea la unidad de procesamiento central todo queda bloqueado y inutilizado.
No existe un estándar: Actualmente hay un gran número de fabricantes de elementos domóticos, pero no todos son compatibles entre sí, ello conlleva que todos los elementos tengan que ser seleccionados teniendo en cuenta esto, limitando poder comprar el producto que más nos interese por razones de precio, calidad o características