Congelar los alimentos se ha convertido en una de las formas más utilizadas para conservarlos por más tiempo además de lo práctico que resulta y el ahorro de tiempo que significa en muchas ocasiones.
Podemos congelar casi todo, carnes, frutas, verduras e incluso tartas, por ejemplo Eurofrits tiene un amplio surtido de alimentos congelados.
Léase bien casi todo, pero no todo. Hay alimentos que no se recomienda sean congelados.
Así por ejemplo los pepinos, la lechuga y el berro sometidos a bajas temperaturas experimentan cambios notables en su textura.
Los alimentos con altos contenidos de grasa tampoco son muy recomendados para congelar.
La mayonesa si se somete a este método de conservación, al ser descongelada pierde su sabor y su consistencia.
Los huevos con cascara tampoco deben ser congelados ya que al congelarse se expanden y estallan.
Los alimentos enlatados una vez abiertos. Si desea guardar parte del contenido que no haya consumido, guárdelo en envases plásticos o envuélvalo, pero no lo mantenga en la lata ni mucho menos la congele.
No lleves al congelador tu yogurt favorito. Se cortará y no será buena idea comerlo.
Los quesos congelados no quedan bien. Pueden volverse quebradizos en el caso de los quesos duros y en el caso de los blandos pierden su textura.
Los alimentos fritos perderán todo lo crujiente y no se parecerán en nada a lo que guardaste.
La pasta cocida es otro de los alimentos que no son recomendables congelar, suelen ponerse chiclosos.
Las bebidas con gas no se deben congelar. Su composición hará que estallen.
Comida previamente congelada. No es aconsejable volver a congelar un alimento, al descongelarse se desarrollan microorganismos que no se mueren al ser congelado de nuevo.
Los alimentos cocidos comprados en la calle tampoco deben ser congelados principalmente porque no se conocen los ingredientes utilizados en su preparación.
 

por Woo Hogar