Una idea popular sugiere que la vista es el sentido más aguzado en el ser humano, pero la ciencia tiene otra respuesta: el olfato, capaz de percibir cerca de un billón de olores y de memorizar alrededor de 10 mil, es el sentido más desarrollado, según datos recientes del Laboratorio de Neurogenética de la Universidad Rockefeller1. Este hecho explica en cierto modo por qué la aromaterapia ha estado presente en las civilizaciones antiguas y hoy está en auge.

Pero ¿qué es la aromaterapia? Esta medicina alternativa se define como la «utilización médica de los aceites esenciales», citando a la Real Academia de la Lengua Española (RAE). Su objetivo es mejorar la salud física y mental y elevar el bienestar general mediante el empleo de aceites esenciales de eficacia probada para el tratamiento de dolencias y trastornos específicos.

Aunque las evidencias científicas son escasas, la aromaterapia ha ganado enteros en las últimas décadas. No obstante, sus antecedentes se remontan 6 mil años en el tiempo, ya que los antiguos chinos, indios y griegos ya conocían y utilizaban los aceites esenciales en aromaterapia, pese a no denominarla de esta forma, lógicamente.

Justo es reconocer que la aromaterapia emocional y física se postula como una disciplina a considerar por la comunidad científica en 1928, cuando el químico francés René-Maurice Gattefossé (1881-1950) demostró los efectos benéficos del extracto de lavanda (Lavandula angustifolia) en quemaduras. A partir de 1950, terapeutas de distintos ámbitos comienzan a aplicar los hallazgos de la aromaterapia.

Respecto al funcionamiento de la aromaterapia, los estudiosos de esta materia carecen de una respuesta concluyente. Se estima que la absorción de moléculas aromáticas por los sistemas olfativo y gustativo ‘activaría’ elementos de la química cerebral que incidirían en la salud física y en la psicología humana, estando probado este último efecto (la aromacología es, de hecho, una ciencia reconocida).

5 beneficios de la aromaterapia que te sorprenderán

Desde un ataque de ansiedad hasta un simple dolor de cabeza: los tratamientos de aromaterapia son una respuesta alternativa a las dolencias con las que la medicina tradicional viene lidiando, con éxito dispar. Y es que los fármacos y productos sanitarios no son infalibles. Quienes buscan una segunda vía, deciden probar los efectos de la aromaterapia, es decir, sus propiedades antibióticas, astringentes, analgésicas, sedantes o diuréticas.

La exposición a determinados aceites naturales —vetiver, sándalo, melisa, etcétera— ejerce una influencia calmante y relajante, contribuyendo a alcanzar un estado de relax, beneficioso para el sistema nervioso. Estas plantas también ayuda a paliar el dolor y el malestar físico. Si bien la aromaterapia carece de la eficacia de los analgésicos convencionales, aportan un valioso granito de arena.

Otro de los beneficios de la aromaterapia es su capacidad para mitigar un amplio espectro de trastornos gastrointestinales. La inhalación de aceites de canela de Ceilán (Cinnamomum verum) y otras plantas proporcionaría un alivio sintomático de estas afecciones.

Qué decir de las propiedades antihistamínicas de plantas y frutos como el eucalipto, el limón o el árbol del té, cuyos aceites esenciales tienen un efecto expectorante que ayuda a lidiar con la alergia primaveral. Respecto a los problemas para conciliar el sueño, la aromaterapia para dormir ha ganado adeptos en los últimos años. Para lograr este beneficio, son recomendados los extractos aromáticos de albahaca sagrada o tulsi, el mirto verde, el abeto negro o el romero verbenona, entre otros.

La reducción del estrés es otra ‘batalla’ que el ser humano sólo ha podido lidiar con la farmacología al uso. En aromaterapia, las esencias de mandarina, romero y rosa estén indicadas para contrarrestar los síntomas de la ansiedad y la depresión. Por más que no sean infalibles, son una opción a considerar antes de recurrir a medicinas fuertes.

Pero las esencias aromáticas de plantas y flores no actúan únicamente como un tranquilizante, sino que pueden desempeñar una función estimulante. Por ejemplo, las esencias y velas de la flor de cananga o ylang-ylang son apreciadas por sus efectos afrodisíacos.

por Woo Hogar