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Problema con los Nervios “Encefalitis”

Problema con los Nervios “Encefalitis”

Se llaman encefalitis o mielitis cuando algunas de estas partes (encéfalo o médula) participan en la lesión de forma predominante. Incluso dentro del grupo de las encefalitis caben nuevas subdivisiones cuando el proceso patológico tiene predilección por la sustancia gris o por la sustancia blanca.

Esto ha llevado a calificar como polioencefalitis o leucoencefalitis algunos de estos tipos de enfermedad.

Las encefalitis pueden ser primitivas o secundarias a otras enfermedades; en este caso, deben ser consideradas como una simple complicación o una extensión del proceso infeccioso. Las encefalitis pueden ser debidas asimismo tanto a causas conocidas como desconocidas. Las de causa conocida se deben, en general, a infecciones víricas, tal como ocurre en la rabia, en la llamada encefalitis letárgica, cuyo origen vírico se supone, y gran número de encefalíticos que se transmiten por la picadura de mosquitos o de garrapatas.

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Las encefalitis secundarias son consecutivas a enfermedades y procesos infecciosos orgánicos bien precisados, como ocurre con las llamadas encefalitis postvacunales y las que complican las enfermedades eruptivas propias de los niños, como sarampión, rubéola y varicela. Algunas infecciones del adulto, como la gripe, pueden conducir a un cuadro encefalítico.

Las encefalitis primitivas originadas por virus se caracterizan, desde el punto de vista clínico, por un comienzo lentamente progresivo de cefalea y quebrantamiento general, que se prolonga durante algunos días y que constituye el período prodrómico de esta enfermedad. Su duración depende, fundamentalmente, del grupo etiológico a que pertenece, así como también de la intensidad de la infección.

Las encefalitis consecutivas y las enfermedades eruptivas de la infancia o la inoculación de la vacuna antivariólica se incluyen en el grupo de las llamadas encefalitis desmielinizantes, por afectar preferentemente a la sustancia blanca. Se trata de procesos de leucoencefalitis en los que se observan los síndromes cerebrales de la tos ferina y la gripe.

Estas lesiones cerebrales que afectan a niños se instauran de modo brusco tras la erupción del exantema característico de cada una de las enfermedades eruptivas.

La encefalitis posvacunal antivariólica se inicia 10 días después de la inoculación, tras unos pródromos de 2 a 3 días. Como otras variantes del grupo, su cuadro clínico, que se instaura bruscamente, se caracteriza por cefalea, convulsiones, vómitos y estupor progresivo. La encefalitis posvacunal es de muy mal pronóstico, ya que los raros casos que sobreviven quedan con secuelas importantes. No depende del tipo de vacuna administrada, sino que parece condicionada por un factor racial del que están libres los países mediterráneos.

La misma vacuna que se utiliza en Holanda país muy castigado en este aspecto causa la encefalitis, en España apenas origina algún caso esporádico. Al parecer se ha podido demostrar que la primovacunación realizada a edades avanzadas de la vida estimula la reacción encefálica. En tal consecuencia, es muy importante y conveniente vacunar a los niños a las edades tempranas para evitar y prevenir eficientemente esta enfermedad, esto es recomendado por todos los pediatras.